En lo que creo (J.G. Ballard)

"Creo en mis propias obsesiones, en la belleza del choque de autos, en la paz del bosque sumergido, en la excitación de un balneario desierto, en la elegancia de los cementerios de automóviles, en el misterio de los estacionamientos para coches de varios pisos, en la poesía de los hoteles abandonados"

jueves, 22 de diciembre de 2011

Algo anda mal

1.- ¿De qué sirve trabajar en el Olimpo con las mejores condiciones e infraestructura si todo lo que pasa aquí es como las pelotas? El hombrecito que les habla llega media hora cuarenta minutos antes prepara su día se organiza busca ser eficiente se va a las 18 hrs como le corresponde y su jefatura se molesta lo llama y le pregunta donde está porqué te fuiste. Me fui porque ya hice lo que tenía que hacer. La oficina discursea sobre su profundo apoyo a la vida familiar organiza charlas matrimoniales aconsejan a los padres sobre valores y estrategias de control a los infantes y sobre qué y cómo utilizar la internet cuando se es adolescente pero resulta que si el hombrecito se va para la casa a estar con sus hijas que junto a su mujer son lo único bueno del día le hinchan las bolas y se molestan con él. El discurso familiar y de clima laboral y de bonos navideños y cajas con sahne nuss y colamono y vacaciones generosas son pura mentira retórica que podrá blufear a los más comprometidos con la causa evangelizadora pero a mí no me vienen con cuentos. Los sueldos son discrecionales y secretos según apellido cercanía familiar color de pelo papa en la boca y sobre todo según participación en congregación religiosa dedicada al dinero y la transformación del pobre alma en pena son una herramienta de encarcelamiento panóptico permanente. Así se las arreglan las fundaciones sin fines de lucro. Compra un terrenito por aquí otro por allá arrienda una casita estilo Georgian pal hijito recién casado y luego los remanentes se los reparten entre los seleccionados con mayor puntaje según criterios antes mencionados. La diferencia de renta es veinte a uno. Esto es la calidad vida. La de algunos. La del hombrecito se vá en picada incomodo angustiado y molesto por lo que ve. ¿Pero qué le queda? ¿Libertad? ¿cómo la de los pajarillos? ¡las pinzas! Váyase de ahí le dicen algunos busque otra cosa algo que le guste ¿pero el trabajo así como está le puede llegar a gustar a alguien? ¿Cuál es el sentido del trabajo? ¿El que enseña la encíclica? Sépase: ”el trabajo constituye una dimensión fundamental de la existencia humana sobre la tierra. Mediante su trabajo, el hombre alcanza los medios para su subsistencia, para la formación de una familia y contribuye al bien de la comunidad que lo acoge. En el trabajo, el hombre despliega integralmente su propia humanidad. Creado a imagen de Dios, mediante su trabajo participa en la obra del Creador”. Que me parta un rayo. Yo quiero a mis dos niñas hermosas. Mi mujercita además de ser también muy linda se saca la cresta igual que yo para llegar a fin de mes con un poco menos que lo justo. Pero el banco lo huevea a uno a toda hora sin respeto al sueño reponedor y a fin de año ni carta le manda a uno. A mí no me llegan tarjetas navideñas como le llegaban a mis padres cuando vivíamos todos juntos en una larga historia en la que también se gastaron los suspiros a punta de qué.

2.- El Doctor Mortis me dice que esto va a ser algo pasajero. La calidad de vida. ¿cuál es po?. ¿La de los viernes por la noche a punta de piscolas y desenfreno? ¿la de los intentos por volver a la vida atlética? ¿la del sanguchito palta mayo? ¿la del compadre que hace yoga mientras el jefe le grita en la cara qué pa que chucha vino a trabajar si lo hace todo mal? No me entrego sigo en la pelea tomo pastillas que suben el ánimo y otras que tapan esa sensación creciente y angustiosa de qué algo anda mal.

3.- Rutina del abuelo, Ranco, orilla de lago, qué se yo… ¿90 años?.

Temprano los pajaritos cantan y picotean las migas del pan amasado del día anterior. Desayuno religioso: pan, frutas de la estación, paltas, jamones, huevos, café. Luego el baño absoluto (en el sentido de la completitud de lo que puede y debe hacerse en el baño). Habría que revisar los innumerables refranes y chistes sobre la temática, algunos de ellos los recuerda íntegros en su memoria de Funes y otros quedan guardados en pequeños textos que ocupan la estantería del tocador. También habría que visualizar las adaptaciones estructurales realizadas al espacio en torno del retrete, agregando por ejemplo una práctica mesa que se despliega desde la pared, ideal para revisar los puzles del día. Le sigue una larga ducha. Vestirse, una vuelta al aire libre y, rápidamente, al escritorio: lectura, cartas, lectura. El recorrido por su tierra se transforma cada día en un rodeo aleatorio por sus verdes pastos, alcanzar las lagunas con los distintos patos salvajes que regalones se han ido quedando, hacer un conteo mínimo de las miles de truchas que crecen para satisfacer la demanda boreal de la familia, ojear las bellas hortensias de uno y mil colores, guarecerse bajo sendos arrayanes y respirar el viento de travesía que le trae el lago directo a la cara. Aperitivo: delicias en conserva, callampas al aceite, carnes de ciervos, jabalíes y diferentes tipos de sardinas; y las infaltables copas de jerez, que en el mejor de los casos ya se encuentra helado o al que, reclamando, le agrega un cubo de hielo. El jerez lo sumerge en una dimensión soporífera que le recuerda historias pasadas, historias Hemingway. Almuerzo maravilloso, acompañado siempre de la verdura que la huerta le regale, de preferencia chalotas y habas tiernas a las que no es necesario quitarles la piel. De postre una copa de helado siendo sus favoritos, los más cremosos y los más chocolatados. O puede ser una fruta en conserva con toques del vino de la mesa. Por la tarde cumple metódicamente su rutina lectiva, más puzles y con unos minutos de siesta en su sillón de cuero que mira la Isla de los Ciervos cubierto en un chal escocés rojo. Mientras duerme sueña con su amor de toda la vida. La lectura es atropellada, tan diversa como su capacidad intelectual se lo permite, novelas históricas de colonos que recorren la Patagonia para encontrar el lugar de su vida se confunden con novelas de mapuches que secuestran amigos al cruzar la cordillera y con retazos de anécdotas que dejaron Sundance Kidd y Butch Cassidy cuando arrancaron de la agencia Pinkerton rumbo al sur argentino y luego a Chile; y con novelas negras de detectives errantes, detectives filósofos, detectives muertos –Si se le acompaña una tarde de lectura despotricará contra la educación de nuestros tiempos acusándola de superflua y estúpida por no hacer obligatoria la lectura de Chesterton y su Hombre que fue Jueves-. Puede revisar también algunos poemas de Quevedo y Góngora o su diccionario de literatura erótica. Entrada la noche, a eso de las 19 horas comienza nuevamente con la copita de jerez, los aperitivos y la comida, que en este caso siempre empieza por caldos, sopas o cremas adornadas con encantadores crutones que a pesar de las órdenes médicas nos los deja ni camino a la tumba. A las 21 horas se sienta en el borde de su cama y comienza la operación de quitarse los zapatos.

3.- ¿Cuánto tiempo le tomó al abuelo? ¿Acaso hay que esperar la tercera mitad de la vida?

jueves, 24 de noviembre de 2011

Reroceder nunca rendirse jamás o el i will survive de Francis

El psiquiatra me halló levemente, moderadamente deprimido. Ningún hallazgo sino una simple constatación. A pesar que el Doc es bastante joven, agradable y bonachón la experiencia no deja de ser desagradable. Entiendo a los que arrancan y no vuelven más. Pienso en los internos y lloro por ellos, horror de horrores. El salto al vacío una vez que uno empieza a hablar es real. Y La caída dolorosa. Hay que reconocer eso sí que, para ser mi primera vez, desde el silloncito en que me encontraba no me fue tan difícil expresarme, con mi Rusia los es bastante más, asunto que me parece delicado pero absolutamente normal si se considera que a uno no espero verlo nunca más y por el contrario con mi mujercita espero verme hasta la muerte, además de dormir juntos y ser padres de dos niñas y mucho mucho más. Es preciso anotar que el Doc me recetó un medicamento que debiera mejorar mi ánimo, lo que me viene bastante bien para enfrentar este fin de año que pinta color de hormigas. La Isapre del demonio es bastante optimista me da sólo 5 sesiones.

También me vendría bien un paseo por la nubes o un naufragio en una isla atiborrada de fruta, aves, pescados y mariscos, una isla eso si desierta de humanos. Por un tiempito, nada muy agobiante, un relax.

viernes, 28 de octubre de 2011

Relato incompleto de mi despido


Compañera de trabajo me comenta del olor a gladiolo. Que es lo mismo que el olor ambiente que debe quedar luego de que a un sujeto se le haga saber de su desvinculación con la organización de turno, esto siempre visto desde el lugar indefenso del empleaducho frente a su jefe. Pensaba en ella y me entristecía. Ya bien entrada la jornada de la tarde, cuando el almuerzo rebota en las pestañas y el programa de los bostezos espontáneos golpea y ataca como risa en misa, justo en ese instante me di cuenta de que ese mismo olor se percibía alrededor de mi oficina en piso 13 –lo del MI es sólo una pretensión absurda, cuando en realidad es nuestra, compartida con dos prolijas que me superan en toda tarea de mínimos esperados-. Comprendía al mismo tiempo el porqué de la dificultad de dormir, una de las escasas bondades que atesoraba de la vida infantil. Entendí entonces que mi inconsciente actúa con mayor celeridad que mi consciencia o sentido común o simple sensibilidad y percepción a las claras señales que no quería ver o detectar. En repetidos sueños, como spam de mi apestosa realidad laboral, cada noche,  subía en buzo al piso 14 (elemento clásico de tenida casera Astorgueana que no uso ni cagando) donde descansan los jefes superiores o dioses de este olimpo como el hoyo. Subía e inmediatamente el Opus Súper Metajefe Inalcanzable (operado a punta de corchetes en su todavía visible barriga aparente, porque todo en él es apariencia, marketeo libremercadista de su propia alma en pena, claramente una réplica triste y agonizante del obsceno pájaro de la noche) me miraba sin verme a través de sus ojos poligonales, cargados de sangre azul e irritados de mi presencia miserable, señalando a la secretaria tan respingada como el anterior que me sacara a expensas de la fuerza de la razón policial. Con sobre salto exagerado caigo una y otra vez, una y otra vez, de la cama y lloro golpeado con el velador entre ceja y ceja.

Pero este olor a Gladiolo es un olor abstracto, curioso, extraño, imperceptiblente doloroso, impotente, inhibidor. no conozco ni percibo ni reparé claramente el qué de este olor ni de su componente metafórico, ahora lo sé, gracias a wikipedia, gracias a mi pequeño larousse ilustrado. Muy de seguro lo del gladiolo apunta más a la muerte y a la vejez (lo que a veces es sinónimo de lo mismo) que al perfume que emite dicho hermoso pariente del floripondio. Pero en mi caso y en el caso de la compañera apuntaba a la posibilidad cierta de que me peguen, más o menos afligido, un cruel puntapié en la raja y chao fuera de esta honorable organización de la cuáles parezco no ser parte ni haberlo sido nunca como se me plantearía dulcemente con cianuro en la copa feliz del edén. Una pena y un susto. Posiblemente, tiempo después, un alivio de luto.

Esta reflexión ficticia espera no ser decidora del futuro personal que me espera pero bien puede serlo. La sensación y olor a muerte se impregna como el olor de la comida del casino de esta torre de babel. Como grasa.




miércoles, 24 de agosto de 2011

La verdad de la milanesa o la falta de aire y lo que el viento se llevó



La Chandita está que llega de reunión de apoderados a la que no pude asistir por estar en jornada de trabajo soporífera. Esto que les escribo y cuento tiene tiempo de expiración, su llegada y la de las rusitas que están guapas, tremendas, sueltas, tan distintas, tan pero tan para comérselas. En fin, acabo de aterrizar y no puedo dejar de pensar en que algo tengo que decir. 

Antes de expresarme libremente siento que debo instalar mi contexto apremiante, estoy hasta la coronilla, hasta la tuza. La neura reventó el fin de semana antes pasado y ahora me estoy terapeando yo mismo después de darme cuenta (Heidegger) lo que disfruté (profundamente, personalmente, enquistadamente) llegando a casa garabateando a los cuatro vientos silicios, naturalmente, como acto de sobrevivencia, para contar cualquier situación de forma espontánea, sencilla, sin men ti re tas (es una sensación de performance constante y conservadora que me dura todos los días desde las 8 am hasta las 18.30 pm, una terrible sensación de autoengaño).  En este “actuar afuera” las expresiones preferidas son coloquiales, instantáneas, ácidas, críticas, propias como estas líneas, honestas, pero sobre todo recursos que me permiten expresarme sin camisa de fuerza, sin callar frente a comentarios intolerantes e ignorantes, comentarios que se quedaron pegados al último toque de queda que recuerdan nostálgicamente invocando a sus héroes ya enterrados. Es un espíritu muy Longueireano.  De la línea como que ellas nunca llevarían a sus hijos a una marcha, que es un abuso a esos pobres menores, que cómo les enseñan esas costumbres. Yo en serio, en verdad verdadera (como diría Popeye) pensaba que la palabra costumbre era una mala costumbre erradicada por la pureza de la palabra cultura. En definitiva el relajo y la posibilidad de ser normal y no el estilo costumbrista del opus dei del orto lleno de fétida mierda.

Recuerdo que ahora tengo unos tíos y tías que me leen y emocionan y  espero que no se sientan ofendidos por los garabatos pero es lo que quiero decir sobre esa gente tan hipócrita.

Supiesen ustedes las fachateses que escucho a diario, la falta de sensibilidad. El exceso de miedo, el perpetuo sometimiento a la antigua vida latifundista, esa OMINOSA adoración a ídolos malignos como el charlista numerario Gonzalo Rojas que habla de hijos y familia y educar y poner reglas y normas citando la encíclica y la dominus rectus manflinflis sin haber tenido un hijo por el cual desvivirse, sin haber tenido una mujer por la cual querer llegar a casa que no es su casa sino la de estos casi curas con permiso a farra, billete y orgía bachiller.

Hay quienes no perciben la importancia con que se re resignifican estas palabras en mi tripa corazón. Escribir, patalear, decir:

Estoy con ustedes queridos y admirados estudiantes, amo a los corredores de la manzana que rodea la moneda. Me masturbo con Giorgio y la niña comunista que se parece a la hermosa Consuelo de la universidad. Estoy con cada uno de los guerreros que se toman de los brazos para detener a los flyters anarquistas cogoteros que la embarran siempre. Pienso en los mismos abrazados como si mi abuelo cruzara ese río tan ancho que se escribe entre él y yo cuando nos pensamos en estos asuntos. Adoro saber que por jil de pelo largo al menos una vez me fui detenido en una linda manifestación pirula. Ruego al dios de la buena estrella que acompañe este paro, para que nadie fallezca y repito la oración para que este imbécil que ya se nos va con su tic nervioso galopante no la cague más todavía.

Get back love. Rallé con el dolor de la claridad del alejamiento leyendo los correos de los compañeros de colegio vosciferantes atrevidos políticos transparentes incapaces de ponerse en el lugar del que estudia debiendo, se casa debiendo (para ponerlo en sus términos a de ser una ceremonia eclesiástica), arrienda debiendo y pide un crédito para la casa propia y le responden que no porque le quedan todavía quince años debiendo. ASFIXIA.

¿Y qué decir del amor?, ¿de las historias de los romeo y de las julieta? Faltanme los adjetivos para los cabros que fueron pokemones y ahora son los que dan la cara. Les quiero decir que (dentro de lo poco) mis ollas presentan contusiones graves que son tristes homenajes de lo que les agradeceré cuando la Violeta alcance la mayoría de edad, que  mis conversaciones  (aun cuando lateras, pegadas, monoparlantes) no perdonan la violencia con que se los ha tratado, que mis paseos por el parque se han trasladado a las marchas familiares, que independiente de lo que diga escriba o haga siempre sentiré que habiendo podido hacer algo más sólo fui un chanta observante tolerante más o menos cleber que ahora despabila cuando siente que ya se le pasó la hora.

Para el remate un tema que le he escuchado a los roling stones argentinos: time is on your side, yes it is.

Las tres imágenes con que me quiero quedar, pase lo que pase.

1.- Pokemón estudiante universitario maduro crítico insobornable.

2.- Loco que no deja de correr colorado como tomate. Lola que corre más atrás más colorada y más raja que el loco que lleva la bandera chilena flameando día y noche alrededor de la casa de gobierno.

3.- Pendexes del movimiento dan charla catedrática a senadores e invitados como Carlos Peña, José Joaquín Brunner y algún otro representante de algún directorio de alguna estupenda universidad como la mía de la que ahora recibo correos electrónicos invitándome a capacitaciones de empleabilidad. Y diplomados de gestión del autoestima concha tun tun.



martes, 26 de julio de 2011

¿Y diosito donde está?


  
1.- La matanza de Noruega ejecutada por un psicópata ultraderechista resuena en las mentes de todo lector aficionado a los policiales de Hennig Mankell donde su osco detective, Kurt Wallander, la estaría pasando como las reverendas pelotas con estos desenlaces fatales del país vecino (el policía vive en Ystad cerca de Malmö, Suecia). Al menos en mi caso, la cercanía geográfica entre la historia real y las ficciones del novelista, así como el modus operandis del deschavetado blondo y la siempre imponente presencia del frío mar nórdico han detonado invenciones terroríficas de imágenes cargadas de dolor y sin sentido en las vagas reflexiones personales afectadas por este sangriento episodio.

La verdad es que son escasos los antecedentes con que cuento respecto de estos incidentes, primero los bombazos en Oslo y luego el baleo a diestra y siniestra en la Isla de Utoya; las cifras de muertos son impactantes y las pequeñas historias de las víctimas sobrevivientes son aterradoras, entre ellas me afectan hasta las lágrimas los relatos de jóvenes y niños saltando desesperadamente desde un acantilado al gélido mar, me doy cuenta que varios deben haber muerto congelados y otros aporreados contra los roqueríos. "The horror! The horror!" Pienso apesadumbrado que yo habría caído herido de bala porque ese salto al vació no lo practico ni cagando, ni muerto. 

Es cierto y repudiable, de acuerdo a los innumerables casos narrados por Mankell, que en estas tierras y culturas se encuentra un sin fin de organizaciones e individuos marcados a fuego por ideas absolutas y postulados fanáticos de limpieza e higiene racial, (sobre esto es recomendable echar una miradita a la serie policial basada en las novelas del autor, Wallander, trasmitida en Film and Arts, los Lunes a partir de las 21 horas). Pensamientos desquiciados que afectados por las condiciones en que nos ha tocado vivir desarrollan la locura a tal punto que, individuos como este, construyen un plan de atentados y asesinatos de la misma manera que otro imbécil diseña un juego de guerra para los Atari de todos los niños del mundo, de la misma manera que otros se hacen los lesos con hijos comprando metrallas por Bazooka.

Al recabar antecedentes literarios de este tipo de historias, en conexión con estas culturas y geografías nos encontramos con el fallecido Stieg Larsson y su trilogía Millenium, la atmósfera es la misma y algunos personajes bien podrían ser el asesino este. Países donde parece estar todo cubierto, donde todo funciona, países donde no existen las necesidades sino deseos y aspiraciones.  Países donde abundan los huevones aburridos con tiempo y energía para desarrollar cartas gant de asesinatos a primeros ministros y atentados céntricos y juegos de guerra con armas reales en los bellos campamentos de verano de la isla de Utoya.

El abogado del homicida ha señalado a la comunidad que su defendido está loco, que vive en un estado psicótico donde la realidad se ha vuelto, para él y su ralladura, en un estado de guerra y amenaza constante. A veces pienso que este argumento es una trampa de ingenio, una respuesta sencilla y facilista en términos jurídicos. Si este huevón se siente amenazado y en estado de guerra viviendo en la tierra prometida, qué le espera al (riesgo social) adolescente que crece en plena población pincoyana o cualquiera otra. Es evidente que confundo peras con manzanas y que una historia así es inabordable. Pero no puedo dejar de incrustarme en el espanto de lo sucedido.

2.- Una vez Claudio Bertoni escribió un texto para el Clinic donde daba triste cuenta de un paquistaní, que luego de haber atentado contra un hotel lleno de turistas americanos de la CIA (la cifra de muertos era alta pero no tanto como ésta última), quién, herido de gravedad, era entrevistado por un periodista de alfombra roja mientras perdía sangre y color natural. El hombrecito contaba que en su pueblo natal se dedicaba a vender yogures en un carrito. En su momento y hasta el día de hoy me parece perfecta la manera literaria de enfrentar esas imágenes, el detalle de fijarse y fijar lo importante en lo menos noticioso sin perder de vista el dolor que provoca nuestra miserable condición humana. Pero el hombrecito, como buen musulmán en guerra santa, es decir como buen islamista violento mencionaba a dios, o el error de dios, el horror de dios que tenemos.

A este vendedor de yogures nadie lo acusó de loco, ni le puso el cartel de psicópata. ¿y eso por qué? ¿Por qué dios le habla y le dice qué hacer?

Siguiendo con el poeta me quedo con lo que dijo en Conversaciones con la Poesía Chilena. Bertoni contaba que creía en un dios que escapaba a la respuesta, no creía en un Jesucristo hijo de dios, ni en uno todopoderoso. Su dios no se encontraba en ninguna parte, era un estupendo dios ausente, refería también a una Ateología y a un tal Dionisio Areopagita (de lo que nunca investigué pero hoy me entero que este Dionisio fue discípulo de San Pablo, antecedente importante porque le da una temporalidad distinta a lo que imaginaba) y que para él, su dios, es un dios que no puede ser pensado. Porque ¿cómo pensar en dios con tamaña atrocidad de fondo? Yo al menos, al caballero de blancas barbas, lo dejo afuera de todo esto.

Este tipo de escenas e historias fatales han encontrado una curiosa manera de impregnarse en mi memoria y, su recurrencia, puede llegar a deshidratarme en pleno insomnio nocturno, pero la mayoría de las veces se configura como una pesadilla de la cual no soy el héroe ni el villano sino un simple observador aterrado.

¿y si diosito en realidad se aburrió de nosotros y nuestras leseras y se fue al subte ahí donde está su antiguo amigo don sata muerto de calor con harta tentación y minoca y sandungueo esperando que llegue el loco de Oslo métale yogures con ron y cornflakes de mariguana esperando al siguiente de la temporada? Ah? Ah?

En fin (pregunta pal bronce): ¿y a Longueira quién le habla?, ¿qué podemos esperar de él? Terrorcito.

martes, 21 de junio de 2011

La Memoria Barroca o el recuerdo exagerado del campo

Los recuerdos de la infancia y juventud temprana me parecen imágenes exageradas; entre el olvido y la memoria concentro un grado de fantasía que decora barrocamente todo lo que pueda decir.

Mi fascinación por la tierra y el contacto con ella se circunscribe a esta sensación de lo exagerado. Aun así, la reminiscencia de esta parte de mi vida es luminosa, cargada de olores y fuertes sensaciones de que en esa época estaba más vivo que hoy.

El capítulo valle central lo refiero a las aventuras familiares, por el lado Izquierdo, en la ciudad de Santa Cruz y sus campos, cerros y tranques. Estos fragmentos de mi vida los dominaba el idolatrismo por el primo mayor, el cariño infinito al padrino y la breve temporada en que mi abuelo Pancho dejó huella entre los quiosqueros y viejos cascarrabias de la plaza y el club social.

Nunca me ha gustado la figura del patrón de fundo, menos todavía la del huaso pituco que habla de ñato, que guarda a su mujer moderna en la cocina y que tirita cuando se habla de reforma agraria. A ese huaso no le doy pelota. De ellos está lleno. Pero por suerte este valle de Colchagua reúne pueblos y escuelas de formación con profesoras octogenarias valiosísimas que han influido alegremente en la gente del campo, permitiendo su aprendizaje y el orgullo y cuidado de su cultura más profunda. Una de ellas es la Nanita, abuela del primo mayor (Nota aparte: campeón regional del flato en su forma de abecedario completo), mujer de semblanza tranquila, cariñosa y alegre, una mujer bella, delgada y elegante en su sencillez. ¡Que ganas de haber sido su alumno! Y qué decir del tata Juan, el único hombre capaz de acompañar esta tremenda mujer, un caballero, delgado y tranquilo,  conocedor y observador silencioso de cuanto partido se transmitiese por la tv o la radio o simplemente en su imaginación. Nunca supe su equipo preferido. Nunca lo escuché burlarse de las derrotas cruzadas. Todavía lo veo en el estar de la casa de su hija Cocoy sentado con las manos sobre las piernas, sereno siguiendo un clásico del domingo. Tal vez con una risa suave, entre picarona e ingenua, provocada por alguna payasada de uno de los muchos nietos que siempre le acompañaron.

Y no puedo olvidar a Ramón Vallejos, de quién guardo la impresión imborrable de su estampa parecida al cowboy valiente del cine en su casa. Figura entrañable de este pueblo de la Cruz  y de la Santa ahora transformado en museo por el deseo filantrópico del exportador de armas multimillonario que es Carlos Cardoén, quien debiese conceder una biografía no autorizada de sus anécdotas bélicas y las seguras participaciones en la CIA y la KGB. De este Ramón mítico nunca sabré porqué su cariño y afecto. Este Ramón ídolo, que perdió a su querido hermano, no hace mucho tiempo, en un duelo por la espalda, en un ajuste de cuentas. Este Ramón siempre  a caballo o al volante de alguna camioneta tamaño gigante, este Ramón siempre cariñoso, de voz ronca, con sus estupendos perros que lo acompañan y cuidan de caer o dejar el poncho en alguna zanja perdida. Este Ramón sigue presente en mi sufrimiento urbano capitalino falto de aire.

Y por las recrestas no puedo olvidar el futbol en canchas improvisadas con arcos polerones y líneas invisibles. Imposible evitar mencionar la influyente presencia del Dago en mi fervoroso, sufrido y a veces avergonzado seguimiento al equipo universitario de la iglesia católica y apostólica y romana de la franja azul, tan dolida en estos días.  Por Dagoberto me creí Prosinecki; eximio jugador de la selección yugoslava, de parecido innegable con el actor Willem Defoe, campeón del mundial juvenil realizado en nuestro país el año 87 y luego Croata a causa de la guerra de los Balcanes y, entre otras similitudes, rubio como yo, medio jorobado como yo, técnico en sus pases y habilitaciones como yo, enamorado de la pelota como yo, lenteja para ir tras ella como yo. Dagoberto Urzúa, único tío realmente bueno para la pelota, único tío con posible  nombre y espíritu de futbolista brasilero, único tío casado con la graciosa hermana de mi padre, Mané.

También figura enquistado en mi corazón mi tata Hernán, no solo por el olor a Sur y a río y a pesca y a libro inglés y a policial negro y a cocina a leña y a desayuno atómico: palta y jamón ahumado y frutas de la estación y huevos y más jamón por si las moscas, sino también por los vívidos recuerdos de las salidas tempranas del colegio, de los secuestros premeditados en busca de las cacerías de pajaritos rodeados de lindos campos de bellos arrozales y de maravilla y amaneceres neblinosos ocultos en camuflaje militar a la espera de la valiente tórtola que atraviesa rauda y zigzagueante como el soldado Ryan en su desembarco en Normandía. Y por las tardes ya medio bamboleados de tanto vodka tónica subiendo lomas cubiertas de espinos para acechar la llegada de los pajaritos sobrevivientes que buscan su rama para el sagrado descanso. Fui y seré mojonero. Recuerdo sangre y plumas, recuerdo el morral atiborrado de tórtolas y perdices. Si se me permite, la parte negativa de todo esto dice horrenda relación con una cantidad importante de cazadores furtivos que tiene su origen deformativo en las fuerzas armadas de nuestro país, carabineros en retiro su mayoría, fanáticos enajenados de campeonatos de caza metralla en mano los que develan su ignorancia y falta de romanticismo (basta leer Miguel Delibes para reconocer este sentido atávico). La cacería que yo recuerdo es solitaria, fría y barrosa, con neblina y un trago de algún destilado que honre la muerte toda vez que volvía con el plumífero dando sus últimos respiros.

Recuerdos fundacionales que escritos hoy desde este piso trece parecen un lamento nostálgico de una vida lejana y añorada, recuerdos que espero no olvidar jamás.

martes, 7 de junio de 2011

Antes un alud


El estallido volcánico del Cordón Caulle engrandece y magnifica involuntariamente la figura del abuelo. En otras palabras, lo que uno diga del tatita se vuelve una mentira personalísima.

Es un poco espantoso venir a enterarse de este cordón volcánico ahora que la cosa está en plena erupción, cuando arto tiempo atrás estábamos métale pescando en unas pequeñas lagunas cordilleranas que ahora son sendos cráteres furiosos en actividad destructiva a todo cachete. Este Cordón Caulle, del cual te puedes informar en www.wikilosrios.cl , está en toda la Sierra Nevada del Lago Ranco por un lado y el Puyehue por el otro. Basta decir que el paisaje montañoso de estas coordenadas se encuentra rodeado de torrentosos ríos y escarpados cerros. Una mirada atenta, bien intencionada y conocedora, como la del abuelo, permite ser cauto y evitar alarmismos apocalípticos. Es decir para no caer en la tontera alharaca de creer, sentir y pensar que este sí que es el fin de Chile y el mundo, hay que saber que en 1955 el Volcán Carrán bañó de ardiente lava todo el valle del Riñinahue; y que ahora, sesenta años después, lo que fue un siniestro es una conjunción de bellas laderas que caen ingobernables de estos cerros que evidencian fuertes erupciones volcánicas, a través de orillas de ríos transformadas en canaletas de piedra pome que forman imponentes saltos de agua, arenales, nóveles bosques llamados renovales y tierras con excesos minerales a toda vista recientes. 

Son bellas las caminatas por estas tierras, es buena la pesca. Es, exagerando, una tierra todavía poco explorada.

Es la tierra de la aventura y de las hazañas forestales (por favor la ecología profunda reservese el derecho a no opinar). Es la tierra en donde se forjó el espíritu de los mismos que hoy ni cagando se van a mover ya venga el presidente con su Hinspetter (que es como el rodweiller del chorito de plaza) gritando voz en cuello del peligro inminente. De este grupete busca formar parte mi abuelo, sin ser un colono, su historia, fantasía y literatura se han construido en este mito, en esa figura y en esa cultura. No es la imagen de los Ingals ni de los colonos yanquis en cuatro por cuatro que mostraba el cine en su casa, sino la de familias de colonos belgas de 1930 cruzando los ríos de la región de Aysén en carretas con ruedas de madera y caballos extranjeros cagados de fríos con el agua hasta las orejas y la nieve un poco más abajo. Es y será la imagen del pirata perdido que navega en lagos de agua dulce a punta de balsas de troncos flotantes que cargan monedas de oro en madera nativa. Es el viejo mañoso que raptado por mapuches del lado argentino negocia su vida a punta de botellas de whisky y mujeres de pelo amarillo. El mismo crestón que mira el suelo buscando ramas de las que agenciarse un firme bastón para apoyarse en eternas caminatas. Es el abuelo que enseña a cruzar ríos tomados de la mano y en cadena donde cuatro patas son más que dos, más firmes y seguras. Y a la vez y con el tiempo es el abuelo de tu corazón que te deja ese grabado de agua fuerte y no se te olvida nunca y lo piensas bien, filosóficamente,  y ese río Nilahue que cruzábamos osadamente ahora se vuelve como la vida. Y esto ya parece la película “A river run trough it” de Robert Redford, y las niñas ya lo saben: es la misma en que actúa Brad Pitt con el postergado, pero recién ahora valorado, Craig Scheffer que juntos las hacían de hermanos McLean, hijos del reverendo presbiterano, y los perlas pescando de lo lindo en los ríos de Montana.

Es el abuelo que en su ocaso vuelve a levantarse, testarudo, sin dejar que nadie le ayude ni le  tome el brazo, el tata que ronca ebrio de fragante jerez Tío Pepe como los tronados del Carrán, es el abuelo que bien preferiría morir arrasado por el  alud del Iculpe antes que ir a parar a un hospital privado de libertad a culpa de un mal moderno. Es Hernán Ugarte, ese viejo cabrón, que nos vio crecer asustado por la falta del Candor del Padre Brown y la ignorancia y ausencia del Hombre que fue Jueves, es el mismo abuelo que lee una y otra vez el excitante diccionario de erotismo ilustrado en el baño a las seis de la mañana. Es el retata furioso por la segura inoperancia del alcalde y del intendente y de todo aquel que no vaya a escuchar sus consejos. Es el mismo viejo que debe tener la Violeta amarrada al muelle fantasma lista para zarpar al rescate de sus vecinos y amigos y desconocidos todos en estado de emergencia. Y el leyendo con las botas puestas sin siquiera inmutarse de la serpiente de fuego que baja por el río de su vida. Y el que espera irse de último será espectador privilegiado de la fuerza de la naturaleza que brama desde su centro.

Y uno aquí, como las reverendas huevas, sentado frente a un horrible notebook, en el piso 13 de un edificio ultra moderno, soñando despierto con el río de su vida, con el abuelo de su corazón.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Brevísima pelada de cable en el aburrimiento total del laburo.


Ill Giusepe bien podría ser una tienda de zapatos, una tratoría, una pizzería o una cordonería. Para mí ill Giusepe es el nombre íntimo del mafioso más cabrón de Nápoles, Sicilia y  el barrio italiano de Nueva York “La Pequeña Italia”. Digo íntimo, porque públicamente se llamó Salvatore Rina, apodado “La bestia”, o a veces “El corto” en razón de su pequeña estatura. En siciliano: il brevísimo.

Salvatore Rina fue el nombre artístico que le permitió desarrollar una importante carrera criminal, asesinó personalmente a unas cuarenta personas y se cree que ordenó las muertes de otras mil. Así con la cultura occidental, todo es una carrera, todo una competencia. A su familia la conocieron por “El cíclope del mal de ojo”. O “Donde pone El ojo pone la bala”, ¿les suena?

Rina tenía gustos excéntricos, privados, torcidos y malolientes. Un botón de ello: informado de que Pier Paolo Pasolini comenzaría a rodar Saló –Los 120 días de Sodoma-, busca audiencia con el afamado director comunista y a punta de amenazas, llamadas a la familia, torniquetes y torturas chinas -como el tradicional aplique de palo de fósforo entre uña y carne, hasta lograr la deseada infección y la caída del meñique- consigue el mítico papel del sacerdote cariñoso, sádico, sodomita, zoófago, necrófilo y busca pleitos, alias “el Pappa”. Como no tuvo el reconocimiento esperado, encargó la muerte del director a uno de sus amigos de infancia, amigo que, entre otras suspicacias, le conocía las mañas y costumbres más atroces, como limpiarse la raja con la mano de su primera víctima; una mocosa de 11 años que en la escuela le llamó chicoco, en el coa de la Cosa Nostra: chi loco.

Es preciso dar cuenta de la contradicción vital que aquejó el ano de Salvatore. “La bestia” proviene de la familia corleonista, un sucedáneo transgénico de las familias De Niro y Paccino, por ello su afición cursilínea y sensiblera a las artes escénicas. Comentaba su amigo de infancia, Il Bambino Due, que Chis loco, escenificaba distintos personajes históricos y distintas actrices Milanesas junto a sus amantes y animales más cachondos. Versiones que le fascinaban “Nerón y sus gatitas” en la que la distinguida Chicholina era una gata siamesa que perdía la cola atacada por una alergia a los preservativos de marca Diadora, también recordaba la brevísima aparición de la novel Lucía Iriart en la versión con gafas oscuras de “Cleopatra y la serpiente cunnilingus” y, por supuesto, la más repetida de todas -hasta el cansancio-, “Pinocho nariz de zanahoria perseguido por el burro de tulísima gigantísima”. Un clásico de sus encuentros zooficos en el barrio gótico de Triestre.

No bien pasaban los años “el Corto” fue decayendo en perversiones sexuales y en participaciones millonarias con la industria del retail y el negocio inmobiliario, estrategias exitosas de las cuales fue pionero en lavado de dinero. Por el contrario la misma vejez y la creciente locura senil le reportaron deseos tánicos irreversibles de asesinatos e ingobernables ganas de dar sufrimiento al otro hasta provocar su fin, es decir lo que antes fuera cacha y muerte, en sus últimos años fue sólo muerte.

Su vida no fue pública ni privada, sino prohibida.

jueves, 19 de mayo de 2011

Planificar vidas al detalle

La imagen es la siguiente. Está el notebook que uso para trabajar, tras él, un vidrio de tres por tres metros. A los costados cristales de similares dimensiones con una lámina que oscurece su transparencia. La hemos llamado la pecera. Recuerda la casa de vidrio: “Nautilus, casa transparente”. En frente mío, pegado al cristal, dos hojas tamaño carta unidas por un scotch amarillento. En las hojas, un montón de líneas y cruces diferenciadas entre sí por colores desabridos. Es el recordatorio de uno y otro proceso que debo coordinar y ejecutar. Una pesadilla.

Hay quienes han optado por planificar sus vidas en detalle, controlan su endeudamiento y los momentos de ocio, tienen programadas las parrillas y las abdominales, los paseos de fin de semana y las salidas en bicicleta con los nenes. En este sentido de la existencia es muy coherente la reserva secreta que se hace de los “momentos especiales”: las fiestas de matrimonio, son ideales para emborracharse pues nadie vería con malos ojos que el niño bien vomite escondido en los baños acondicionados y luego tome el consomé con cara de sapo. Pasa algo similar y curioso, que bien valdría una tesis doctoral, respecto de las despedidas de soltero que históricamente se han transformado en la puerta de entrada al mundo del cuernismo con culpa remitida a la falta de memoria de todo caballero infame. En esto dios no tiene nada que hacer, puede enviar un batallón de ángeles o arcángeles y el calendario seguirá ajustado a la regla.

Siendo honesto, valor limitado y relativo a la circunstancia, en reiteradas ocasiones he sentido envidia de esta capacidad sobre humana: “hoy tenemos que hacer una guagüita”, “mujer, qué lástima, mi calendario no considera tu calentura, según la agenda tendrás que esperar la mañana del sábado cuando la Juani duerma con su abuela”. Es evidente, me ha faltado el tiempo para sentarme a pensar en qué he fallado. Me ha faltado el tiempo para mirar más allá de la punta de mi nariz que en este preciso instante tiene una espinilla cabrona que me saca lágrimas de irritación y vergüenza. Me ha faltado, por sobre todo, comprender mi fallida humanidad, ¿qué carajo hago pensando que podré agendar mi vida?. (nadie) Nada nunca me ha salido de acuerdo a lo programado. Quise llegar virgencito al matrimonio y fui padre y caliente y culión desde antes, ni entré a la iglesia ni salí de ella con la princesa que me acompaña. Esto me da risa y pena y muero como las cachetadas de esa tragicomedia de Alex de la Iglesia.

Otra escena representativa: tuve un pasar modélico por el colegio, buenas calificaciones, buena conducta, la crítica justa combinada con una excelente disposición para hacer lo que nadie más quería hacer (acompañar al cura cacho en la misa cacho, absolutamente hueveteado por la misión pastoral), ajustado a los valores de la institución, preocupado de los compañeros, deportista mediocre, con buenas intenciones en las humanidades, un pololeo loco por ahí, ningún atraque en la capilla. Todo bien, el trayecto definido por padres y profesores es seguido ajustadamente a SU carta gant. Llegado el momento de tomar la decisión trascendente, de encausar la vida al logro y éxito económico en torno a qué estudios tomaría, no supe cuándo ni cómo un día de vacaciones, en pleno Castro, Isla de Chiloé, me doy cuenta de que no sabía que mierda iba a hacer, que mierda iba a ser. En un acto fortuito, moneda al aire y zas!! Bueno veamos de qué trata la psicología, si con suerte sabía quién era Freud. Lo económico y el éxito no ponderaron.

Pero hay quienes hacen un check y luego otro, toda vez que avanzan, fase a fase, en su carta de navegación como rebuscadamente le han llamado los siúticos relatores del sentido de la vida y el más allá y el más acá, córrase un poquito mijita. El “Outlook de la vida” le llaman los chamullentos que viven en cadena perpetua con el estrés cotidiano, no hay minuto sin razón, no hay razón sin el apuro temporal y sin la obligada sensación de que el tiempo no es suficiente. Esto no más les digo: ¡Hay quienes quisieran el día más largo para seguir trabajando!, hay quienes consideran que su agenda corta está bajo control (la semana, el día, el minuto a minuto). ¿Y qué sucede si se resbala en la ducha?

¿Y que me pasa a mí, a mí mismo, que tanto empeño le he puesto a buscar trabajo y a  trabajar (nada más terrible, nada más doloroso) en una organización educativa, ordenada, estratégica, planificada, en un área donde todo es cartas gant de colores rosas y lilas y grises, donde todo es agenda, todo es para ayer y antes de ayer concha su madre? ¿y?, ¿de qué sirve?,  ¿de qué pues?, ¿de qué me sirve si me puede atropellar una micro corriendo apurado al trabajo?. ¿Qué crestas estoy haciendo mirando este calendario y marcándolo con las tareas más urgentes, priorizadas como le gusta a mi jefa, y las menos urgentes en otro color, uno más piola, menos llamativo como para dejarlo pasar de vez en cuando?, ¿y si la micro me hubiese aplastado la cabeza?, ¿a? ¿de qué cresta vale tanta chimuchina?

Los fines de semana son el olvido. La sorpresa de las niñas.






miércoles, 4 de mayo de 2011

Culebras hot

Desde el Lunes en la noche, y hoy  ya es Miércoles, se han estado quemando parte de los cerros cordilleranos del barrio alto de Santiago de Chile.  A tal punto que algunas de las casitas del mismo barrio alto ha visto amenazada su integridad. Como usuario habitual del transporte público he viajado temprano en la mañana observando a diestra y siniestra –acción placentera a la que el automovilista no puede acceder sin riesgo de verse involucrado en un accidente fatal- como este fuego se reparte por las laderas de los cerros en forma de serpiente roja como la del desierto de Sinaloa, dejando una huella arto horrorífica y medio apocalíptica también. No tengo claro porqué estas imágenes me linkean a repetidas escenas de la guerra de Vietnam, con bombas de napalm que es un gel de gasolina que no se apaga con nada y que arde como el puto infierno. Los expertos de la ONEMI y de la CONAF se han pasado calculando cuanto demoran en subir a caballo a la zona de emergencia, mientras el fuego avanza y quema tranquilamente, levantando una humareda lo suficientemente asfixiante como para que los colegios del territorio afectado suspendan sus clases. Y aquí quisiera detenerme. Uno de estos colegios bien regentados, previsores y cuidadosos de sus educandos es justamente el mismo en que me eduqué. Así no más concha su madre. El mismo colegio que en tiempos de sequía, por allá por los años noventa, en plena alcaldicie del beato Joaquín Lavín, llenaba unas peras de agua con capacidad de no sé cuantos litros para que los perlas nos pudiéramos lavar los dientes después de comernos el almuerzo y el kegol sabor naranja –caso aparte el pollámen coloriento que se jugaba entre el segundo y el primer piso del recinto educativo-.

Las razones de lo qué escribo, hoy por hoy, se vinculan más al grado de aburrimiento que me produce el trabajo que a una necesidad real de contar algo.

Esta misma culebra incendiaria podría desplazarse al norte y comenzar a quemar algunas residencias modestas de estas poblaciones al estilo Miami que se están peleando el metro cuadrado en las alturas de los valles nevados. Al sur del siniestro están las más piñuflas que fueron arto honestas y se  cargaron inmediatamente el mote de Floridanas, nada que ocultar, claro que las palmeras por allí son flacuchas y han sido ubicadas con mayor distancia entre una y otra. En sintonía con lo anterior surgen estos nuevos barrios para los nuevos multimillonarios de nuestra ultra nueva patria nación fulera. El condominio departamento se llama Valle Escondido y allí se esconden efectivamente los más grandes empresarios y administradores de la miseria del hombre, partiendo por nuestro presidente el jil con más tic nerviosos que conozco. No sería raro que su gobierno terminara abrupta y fatalmente por una crisis nerviosa del monito estilo Ana O, amante del pene de Freud. He sabido, gracias a unos buenos informes de mis ayudantes y detectives de lo absurdo, que cada propietario cancela mensualmente, sólo por gastos en seguridad acondicionada con metrallas ciervo asistidas, algo así como palo, palo y medio de euros y afganos. Súmele que estas gentes que no viven como uno, se dan el lujo – y aquí lo lujoso bien puede ser sinónimo de absurdo o de inútil, pero en mayor medida de mal gusto- de arrendar anualmente un sol que posa, con nube o sin nube, sobre sus residencias a bien de que puedan tomar un zano color zanahoria, permanente y sin peligro de contraer cáncer a la piel, toda vez que algunas señoras -que ya no lo parecen- han decidido plastificarse y dejar sus restos de pellejo para mandarse a confeccionar unas shalasbotas únicas y orgánicas. Es decir, cuando un ser humano, caballero y gentleman, comenta a otro ser viviente homo-sapiens-minimus igual que él, en claro estilo tradicional latifundista: “la señora aquella es bien parecida”. ¡¿Qué mierda quiere decir?! Es bien parecida a quién, o siendo más preciso es bien parecida a qué. Ya en el milenio en el que nos encontramos sabemos de personas que gustan de salir, bailar, beber, follar y cagar con maniquíes de sintética elaboración. Entonces, a estas alturas -como dirían en la familia Falabella que también vive escondida- ya las señoras no son lo que eran antes, ya no buscan parecerse a la Claudia Schiffer ni a la Crawford, ni a la Bolocco – esta última perdió terreno cuando dejó escapar parte de su boca vaginal en acto público farandulero- sino más bien a un prototipo digital que encargan a pedido a sus pequeños –así nos vemos todos desde sus alturas- diseñadores terrícolas que poco saben del sexo en plástico.  En otras palabras este valle escondido es una huevada atroz donde el rico hace el loco y se esconde en su ghetto para evitar el contagio y la amenaza del otro, cualquiera sea.

Comentario aparte, he gastado los codos pensando en la dinámica arribista que debe darse cuando se casa una o un miembro de la familia Falabella. ¿tendrán código de novios?, ¿canjearán los puntos novios falabella?, ¿se pondrá la novia con cara de perra muerta en plena semana navideña en la cola de la caja para rogarle a otro consumidor que le cargue unas luquitas a su cuenta de ahorro?, ¿las tarjetas de invitación serán las mismas, con estampilla y todo? ¿los suegros de la novia no se sentirán apocados y pasados a llevar? Tarea para el detective de lo absurdo

viernes, 29 de abril de 2011

Deltas, piqueros y el mapa mundi de tío Richy y Mama Chela.



Esto pasó hace décadas o años. Este recuerdo se conserva como dijera Miguél Bossé: como peces de hielo en un wisky on the roc. De chico las visitas a la playa eran invernales, frías y nubladas. Soy lo que soy porque no conocí Reñaca en verano ni Tongoy ni las Cruces ni Cartagena. Del sur también me salvé de Pucón, un reñaca sin argentinas y con dos semanas de lluvia. El verano y el calor lo capeábamos en el sur metidos en un río o jugando marco polo en la infinidad del lago Ranco.

Mirasol, playa norte de algarrobo, Julio de algún año, puede ser de los ochenta, puede ser de los noventa. Se estacionaba el auto en el estacionamiento de autos –que luego sería el lugar donde tomar la piscola caliente y luego el mirador y luego el motel y luego nuevamente el estacionamiento- y madre comenzaba a bajar canastas de picnic junto a mi hermana.  Al mismo tiempo, tal vez sin que el auto se detuviera todavía, Pablo,  inquieto y odioso de viajes en auto,  ya estaba sin zapatillas corriendo detrás de alguna pelota de fútbol. El futbol en la playa se juega sin zapatillas y sin calcetines –ojo con el libro de las prohibiciones, la playa y sus variantes merecen un chapter único, los calcetines también-. El entre tiempo lo gastábamos jugando a saltar y romper esas pequeñas murallas de arena que forma la marea durante la noche, nos divertía la sensación de estar sobre una superficie que luego se derrumba.  El tiempo hizo que dejara de ser divertida. 

En otras dimensiones he visto escenas memorables. Grandes saltos al vacío en Acapulco o escenas fantasy de James Bond apretando cachete de la mafia rusa o la KGB, arrojándose al precipicio azuzado por ráfagas de metrallas AK. Puede haber sido la SS o la misma Stassy, en fin para el ideal yanqui que nos representa continentalmente es la misma huevada. Pero la mejor de las imágenes se la comentaba a nuestro querido Cris en carta que se azarosamente cayó en manos equivocadas y  sin más terminó ardiendo en la hoguera. El río Ganges -agua sagrada de la India-, uno de los más grandes del territorio asiático, desemboca en el océano índico de una manera particular que les recordará la clase de geografía que siempre fue subyugada por la de historia universal y sus diversas formas americanistas de la cazuela. El río desemboca al océano en una lógica delta. Se expande en diversos brazos, transformándose en cientos de pequeños ríos que acceden al oceáno pantanosamente, estancadamente.  Aquí el territorio ya no es de la India sino de Bangladesh. Su pueblo en una suerte de ceremonia o acción de higiene comunitaria se baña en masa en sus costas, las que al igual que mi recuerdo playero tiene esa suerte de quebrada o muralla de la cual no queda orilla, por lo que el acto es un clásico salto al vacío -pueden ser incluso unos 4 metros de altura- que realiza no sólo el joven mocetón abacanado sino la abuelita, el niño y la mamá con su guagua en brazos. ¿Qué pasa con los maricas cómo yo? Ni idea.

Sobre la misma, en el mismo Delta del Ganjes se encuentra la población más Brígida de tigres de bengala –¿qué relación guarda el tigre con la bengala de los barras bravas?- . La gente: en su pobreza, los bangladeshos, viven de la miel -le dicen el oro- que extraen de los bosques que sobreviven las inundaciones y sequías del territorio entre un brazo del río y otro. Es uno de los trabajos más peligrosos del mundo. Mueren más de 130 bangladeshos al año a causa de mordidas y ataques de tigres que se esconden a raya entre el barro y el ramaje del bosque. Nada mal para ser un grupete de felinos con uñasgarras y dientessables.

No olvidar la trucha salmonídea y sus avatares contra la perca y el lastimoso pejerrey argentino que es de lo más penca que le hemos cargado a los lingotes de oro hijitos de la ahora viuda de K.

En la nueva cocina de mi comadre Paula y de tío Richy existe tamaño mapamundi impreso o pegado a la pared, un muro no menor al cuatro cuartos, tres por tres y todo al cubo en raíz cuadrada cua(n)tica. Un mapa mundi, que como globo terraquio regalado por abuelo, lo hace a uno soñar. Si se para uno de pié frente a él, a la altura del ombligo justo frente a la pelusa -a veces grisácea otras azulina según la comida- se encuentra el Delta y puedes alucinar con el Sandokán de Malasia que debe haber enfrentado estos tigres y saltado al agua higiénicamente  a poto pelado.
                                                                                                                                      

martes, 1 de marzo de 2011

Te quita el sueño


Alguna vez en este mismo blog reputié por la injusticia que afecta(ba) al pueblo Mapuche, ladraba por sus comuneros en huelga de hambre cuando estábamos todos encantados con la película de suspenso del rescate de los 33, todos obnubilados porque los medio oficiales del oficialismo oficiaban noticias del espíritu y la esperanza nacionales, de nuestra voluntad (uber alles) y sacrificio de nuestra hermosa unidad nacional. Estábamos en septiembre o octubre no recuerdo bien. En paralelo dirigentes de la CAM cumplían semanas sin comer nada rico, ni enjundioso, ni aliñado con merquén. Y de distintas formas, con palabras más o menos enojadas y groseras y teledirigidas buscaba remover conciencias de lectores virtuales anónimos que en definitiva son tan pocos que gritando en la plaza de arma me habría ido mejor. Pero el blog es mi espacio, es el resguardo de mi acabada alma, es lo que resta de enfermedad por este orden de las cosas tan molesto y doloroso. En esto exagero, mi familia, mis hijas, mi Rusia son lo que va quedando de lindo, de puro. Y así también vimos como los sindicatos de farmacias ahumadas pasaban otras tantas semanas en paro y como ninguno de los oficiales medios de prensa les daba pelota y por la pelota que hemos sufrido con nuestros representantes futboleros tan nobles y tan atropellados y tan de manos atadas que hemos quedado frente a esto y lo otro. Y me pongo a cantar y a llorar y a truncar palabras de un grande: y de la isla Riesco qué será, y de Castilla qué será, y del Baker qué mierda será.

Pero todo pasa y pasa, por la tangente, por al lado, por aquí, por allá. Y no nos afecta directamente y seguimos mete y ponga y aguantamos de lunes a viernes y nos armamos para desfallecer de viernes a domingo y lunes otra vez y seguimos, siempre seguimos. Indefensos pero anestesiados.

Pero ahora me entero, ahora me recago de ponerme en tu lugar Janito, porque lo que a otros les resbala a ti te quita el sueño. Lo que otros se lo duermen con un ravotril y tres relajantes musculares tú te lo lloras con las entrañas; y tus padres y tu hermana y los domingos del carajo son más tristes que los míos y los del Seba y los del Carlos que se toma su café maraco con croissants del hoyo allá en la ribera francesa. ¿Y qué quieren que les diga? esto es demasiado, hay ladrones de terno y corbata que andan flor de relajados, con los buenos cargos, con las estupendas vacaciones en punta cana cuando estarían mejor en punta peuco con el mamo contreras aplicando parrillasos y con karadima dándoles las últimas palabras de su extrema erección.  Linda la weá, bonita la cuestión. Hay viejas coludas como la Jackie Va Enriquecerse que miente descaradamente frente a las cámaras con nuestros costosos recursos públicos (y con nuestros impuestos!!!!!! como reclaman los fachillos que opinan a diario en los segmentos de los  diarios de su partido unión demócrata independiente ) y na ni ná, ni fu ni fa, cero. Hay estupendos  personajes (Jadué) que golpean a sus señoras, agenciados a punta de robo y cheques sin fondos y sin cotizaciones a sus fieles servidores, ciervos, y siguen dale que dale, los mismos lores que dicen ser abogados y no lo son y dirigen nuestro fútbol y ahí están los muy concha su madres: libreta!!!!libreta los jiles sin juicio ni nada!!!!!.

Pienso en tu hermano, imagino al mío y me vuelvo a recagar. Y leo lo que me cuentas de los 180 días de tu hermano Fran, preso por sospecha y no entiendo nada y escucho de la fiscalía y el tal Peña o Armendariz que es el mismo que le inventó no se qué macucos a un pobre Paquistaní que terminó casándose en la cárcel también impedido de libertad por sospecha. También equivocadamente detenido, también silenciado por los diarios oficiales de la seguridad ciudadana, también silenciados por éste nuevo fanático ex Ku Kux Klan un tal Hinspeter. Finalmente, el paquistaní, fue dejado en libertad sin poderse comprobar ninguna de las denuncias en su contra, dio senda entrevista al Clinic y se fue para su casa, arrancando de este país miserable.

Y me voy enterando, porque nos cuentas lo que pasa para que nosotros se lo contemos a otros y estos jugando al teléfono a otros más por si pasa algo, de que tu hermano y otros detenidos por este caso de supuesto terrorismo comienzan a bajar de peso por la huelga de hambre en que se encuentran y que tampoco ningún puto periodista a reporteado (¿ser anarquista, vivir en casa Okupa, salir a toda marcha y a toda manifestación es terrorismo? A los mapuches con onda y boleadoras los acusan de lo mismo, los gringos que se supone son los más cuáticos y paranoicos y están locos de atar encuentran que el estado chileno es histérico y perdidamente estúpido si plantea así las cosas). Yo Janito, no podría a puro té. Mientras tu hermano tras las rejas decide tomar y comer sólo y exclusivamente té, yo evaluó si seguir o no con la mentira de mi dieta que es una huevada porque entre viernes y domingo me como un cordero y dos vaquillas. Irónica y cruel esta vida. ¿Ésta es la justicia que administra injusticia?, ¿qué nos pasa?, ¿qué le pasa a este país?, ¿a esta sociedad que carajo le sucede?, ¿en que hemos caído?, ¿Dios por qué nos has abandonado?

Vuelvo a pensar en mi hermano como si fuera el tuyo, lo pongo a él en el lugar del tuyo, me veo a mi en el tuyo, no me atrevo a ser yo el que se ve preso. No me atrevo a mirar más allá, ni a sentir un segundo lo que les ha tocado vivir. Y desde lejos, sin abrazarte todavía, sin saber siquiera que tu matrimonio era triste también porque tu hermano Fran no estaba, sin saber tampoco, querido Jano, cómo chucha hacer para cambiar todo esto.  Buscaré la forma de que otros desconocidos se enteren y por un momento dejen de hacer lo que están haciendo y al igual que yo sacrifiquen a su hermano en un ejercicio de ficción y se pongan de frente, con rabia, perplejos, descompuestos, malolientes y con los dientes sucios, infectados de injusticia.  

Ayer fueron mis viejos a ver al Fran, y lo vieron más flaco, pero no demacrado, ha bajado 5 kilos, y diariamente baja unos 200 gramos, toma té con azúcar 3 veces al día, lo pesan a diario y le toman la presión. De ánimo está irritable, pero de salud bien.

jueves, 24 de febrero de 2011

Consejos a mis hijas Por Jaime Bayly

(A Camila, por su cumpleaños)
No se casen.
Si se casan y el novio es rico, no acepten un acuerdo previo de separación de bienes.
Si ya se casan una vez, cásense al menos dos veces más.
No le pidan nada a Dios.
No le tengan miedo a Dios ni a los que meten miedo en nombre de Dios.
No esquíen.
No buceen.
No hagan canotaje.
No trepen montañas.
No sean trepadoras.
No salten en paracaídas.
No salten soga.
No vayan al gimnasio.
No se operen nunca nada, aun si les dicen que su vida está en riesgo. La vida siempre está en riesgo, mucho más cuando te operan.
No confíen en los médicos, en los políticos, en los psiquiatras, en los vendedores ni en nadie de aspecto humano.
Limítense a hacer lo que les dé placer.
No se limiten en hacer lo que les dé placer.
Bailen todo lo que puedan.
Traten en lo posible de no matar a nadie.
Si es inevitable matar a alguien, háganlo con delicadeza y compasión, procurando el menor sufrimiento a la víctima y no dejando huellas del crimen.
Matar puede ser divertido una vez, más ya es vicio. No se envicien. Si se envician, usen silenciador y disparen tres veces, por las dudas.
No vayan a velorios, funerales, misas ni casamientos.
Si matan, vayan al velorio y lloren un poco, es lo mínimo que pueden hacer. Una dama siempre sabe cuándo corresponde llorar.
No tengan hijos.
No adopten hijos.
Si tienen hijos, traten de saber quién es el padre.
Si tienen hijos, no los bauticen.
No les pongan sus nombres a sus hijos ni a sus hijas. Puestas a elegir, póngales sus nombres a sus hijos, así los confunden un poco.
No viajen. Caminen. Miren.
No estudien. Lean. Miren.
No lean nada que no les dé placer.
No lean mis libros.
No se maquillen.
No usen tacos.
No hagan el amor. Tengan orgasmos.
No viajen nunca sin un consolador y dos juegos de baterías.
No limpien la casa.
No cocinen.
No tomen pastillas para dormir.
No tomen antidepresivos.
No tomen.
No fumen.
Fumen un porrito de vez en cuando.
No prueben coca.
Piensen que este año puede ser el último.
No respondan los agravios. No inmediatamente.
Dicen que la mejor venganza es pasarla bien. Es una verdad a medias. La mejor venganza es dejar ciego a tu enemigo, que no te pillen y luego pasarla bien.
La única manera científica de medir la felicidad es el número de orgasmos que alcanzarán a lo largo de sus vidas. Que sean muchos (los orgasmos y los proveedores: traten de que no sean los mismos proveedores de Wong, por el amor de Dios).
No vayan a reuniones familiares. Si van, traten de sembrar cizaña y encender una discusión, luego ya se pueden ir más tranquilas.
No traten de ser amigas. Es imposible. Son hermanas.
Si les gusta el mismo hombre, traten de compartirlo. Si no se deja compartir, es gay.
Es aconsejable tener un amante oficial y uno (por lo menos uno) clandestino. Es aconsejable que el clandestino esté mejor dotado que el oficial. Es aconsejable que el oficial no sea oficial de la policía.
En caso de ser pilladas, no se disculpen, no nieguen las evidencias, búsquense otro amante.
No recen. Nadie escucha. Mejor canten.
No esperen que nos encontremos en el más allá. Pero si llegásemos a encontrarnos, por favor no me despierten si estoy durmiendo.
Usen sombreros.
Huelan las rosas.
Maten mosquitos.
Beban un vaso de lluvia escandinava.
No esperen nada bueno de la gente.
No amen al prójimo, desconfíen de él.
Las orgías no son recomendables, se pierden los zapatos y los relojes con facilidad.
No pidan consejo a nadie. Hagan lo que les salga del corazón. Si no les sale nada, no hagan nada. Ante la duda, abstente. Ante la certeza, duda. En cualquier caso, abstente.
No hagan caso a nadie de la familia, salvo a mi hermano Javier.
Aunque solo sea por una vez, hagan el amor con una mujer. Aunque no les provoque, háganlo por respeto a mí, como un homenaje a mi memoria.
Vuelen en globo.
No hagan dietas. Engorden. Soben con cariño su panza. Pónganle un nombre. Hablen con ella.
Un día cualquiera, en una ciudad cualquiera, escúpanle sin razón alguna a un peatón. Sigan caminando. No se disculpen.
No se pinten el pelo.
Si llegan a tener canas, no se las pinten.
No usen hilo dental en las nalgas. En los dientes, de vez en cuando.
No busquen la felicidad. Busquen el punto G. Allí habita.
Nieguen con absoluto cinismo todas las flatulencias que despidan. Atribúyanlas a otros.
Mientan todo lo que sea innecesario.
Si un amante te deja, no te ahorres un par de insultos.
Si un amante te deja y luego te pide perdón y quiere volver contigo, no lo perdones, insúltalo un poco más.
Si un embarazo las sorprende, hagan todo lo posible por parir a ese crío.
Si abortan, no se arrepientan.
Si no abortan, tampoco se arrepientan.
Traten de que no las sorprenda un embarazo.
Estar sola puede ser una cosa muy buena.
Dormir sola puede ser una cosa muy buena.
Vivir sola puede ser una cosa estupenda.
No hagas a los otros lo que no quieres que te hagan a ti. Pero si te hacen algo que no querías, hazle algo peor a esa persona o a cualquier otra persona. No te quedes con las ganas.
Si tienes un hijo, llámalo Circuncisión.
Si tienes una hija, llámala Clítoris o simplemente Clit, que es más glamoroso e internacional.
A Circuncisión no te olvides de hacerle la susodicha operación cuando nazca. No dejes pasar el tiempo.
No confíen en un hombre al que no le gusta el fútbol. Tampoco confíen en uno al que le gusta el fútbol. Desconfíen de ambos, pero más del primero.
No se acuesten con un magnate ruso. No se jueguen la vida de esa manera.
Nunca acepten nunca una taza de té de un magnate ruso residente en Londres. Puede que no le echen azúcar o sacarina al té, sino plutonio 210.
Tengan sexo con un negro al menos una vez en la vida, por respeto a lo que sufrieron los esclavos. En circunstancias ideales, que no hable ninguna lengua comprensible para ustedes.
Traten de recibir más regalos de los que den. No es cierto que goza más el que da.
Solo den limosna a los que tocan el violín en la calle.
Recuerda que esa violinista callejera podrías haber sido tú.
Si no aprenden a tocar la guitarra, el piano o el violín, aprenden al menos a tocarse a sí mismas.
Si llegan a viejas, en alguna reunión navideña simulen un ataque de Alzheimer y echen a todos de la casa acusándolos de ser unos intrusos.
Si tu chico se pone tu calzón, déjalo, no lo regañes. Pero no vuelvas a ponértelo tú.
No hagan el amor en la ducha, en el ascensor o en el baño de un avión. Eviten lugares resbalosos o movedizos. Las escaleras son más seguras.
Si un hombre no sabe ponerse un condón, échenlo enseguida de la casa y no lo vean más.
Si se pone dos condones, échenlo también, díganle pusilánime.
Siempre que les convenga, nieguen que son mis hijas y digan que no me conocen.
Siempre que les convenga, digan que son hijas de mi tío Walter, que es un gran tipo. Da más prestigio y abre líneas de crédito.
Cuando arrojen mis cenizas al mar, asegúrense de no tener el viento en contra.
En caso extremo, conviértanse a cualquier religión que les permita salvar la vida.
No digan que son ateas. Suena mal. Digan que son agnósticas. Suena a que están investigando algo científico.
No se vuelvan mormonas. Se puede malinterpretar.
No traten de tener éxito. Es un estrés. Traten de aprender a estar bien con pocas cosas y pocas personas. Si no aprenden, acostúmbrense a estar mal, encuéntrenle un cierto gusto, disfruten del fracaso. Tal vez eso sea precisamente el éxito.
Resumiendo:
Limítense a hacer lo que les dé placer.
No se limiten en hacer lo que les dé placer.
Suerte.
Buen viaje