Soñar es una pesadilla.
El contexto. Última noche de “viudo
de invierno”, la primera en que me llama un amigo. Soy un pésimo soltero desde todo punto
de vista: no soy capaz de descansar, no puedo quedarme dormido solo en una cama
que me resulta inmensa, pienso en mis niñas a cada segundo, como y tomo solo
por montones, cuando mucho veo tele. Entonces me llaman, me levanto de la cama,
me visto y parto al asado. Pasa lo que tiene que pasar, vuelvo borracho.
Despierto, me río, me aterro.
Longueira con falda o tal vez pollera, blusa blanca y chaleco, chaleca. Un dejo
a monja sin hábito. Es la entrevista que vamos a tener, llego tarde. La vieja
está molesta. Se esconde, no quiere hablar, se siente perseguida. No hay más. Sé
la respuesta de su silencio, conozco las razones de su bajada.
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