Pasó el verano, pasó el vendaval.
Recuerdos llenos de rostros familiares, recuerdos fragmentados, recuerdos de
aventuras que se repiten verano a verano en Iculpe, Lago Ranco. El apellido de
la familia es Vasco –en su origen- pero bien podría ser italiano, con drama y
todo, con tutti cuanti.
Uno se acostumbra a la tormenta,
finalmente al diluvio, el exceso se vuelve parte de la monotonía de estos dos
intensos meses. Las niñas lo sienten así, antes de la sensación de soledad y
abandono de los primeros días de marzo llegaron nuestras primeras mascotas de
la que será nuestra larga historia familiar canina gatuna. Con esta “cultura
familiar vernácula” no le temo a la idea. Estoy rodeado de femeneidad, de
mujeres, de hembras. Sandra, Violeta, Ema, Lulú y Laika en orden cronológico. Todas
ellas viven conmigo, bajo el mismo techo. Es una locura exquisita, cuando las
tres primeras no me quieren ver ni en pintura siempre está Laika y Lulú. Laika
es la perrita que adopté en una esquina de Osorno. Laika es la perrita que sin
haber cambiado sus dientes ya me acompañaba en el Yaris escuchando Neil Young y
después a un Nick Cave bien tristón.
Laika es la perrita que ladró por primera vez cuando la hice asomarse por la
ventana del auto para que viera las vacas de Don Mateo Oporto. Laika es mi
regalona, negra, de pelos que supongo van a ser largos, piolita. No cómo Lulú
que con sus uñas me rompe el par de chalecos aceptables para el trabajo. Pero a
Lulú las niñas la adoran, juegan con ella, se cuelga de ellas. Laika y Lulú se
quieren como si fueran hermanas, tal vez lleguen a serlo vaya uno a saber. Una
cosa lleva a la otra.
Hay cosas que no saben y me
gustaría contarles –contarme-, detalles. En nuestra casa tenemos unos
ventanales casi groseros, tanto que por la noche desde nuestra cama hemos
descubierto 4 estrellas en la panorámica 3D. Ojo, desde la cama. Comprenderán
que así las cosas ni Primer Plano parece ser interesante. Otro detalle de
avanzada, por la espalda de la casa, digamos el muro que da a la laguna y no al
lago jajajajajajaja la cagó la descripción, cualquiera que no conoce el lugar
pensará que estoy siendo un poco exagerado, alucinado, barza, un fanfarrón.
Pero es la verdad, por el lado que da a la laguna tengo un dispositivo especial
para colgar horizontalmente las cañas mosqueras. Es decir por momentos mi
casita parece Lodge de Pesca, una siutiquería bacana. Sobre el mismo asunto,
les informo que después de pescar en varios ríos de la provincia región,
considero que el mejor es el Iculpe y está a solo pasos por el lado poniente de
mi casa (últimas risotadas ahogadas).
En las próximas semanas estamos
instalando la estufa a combustión, algo que será un evento, un punto de
inflexión en la realización de los sueños de amorío con mi Rusia hermosa.
Notas de la familia granja:
Primera: El
Visón canalla está desaparecido, no me confío, no creo que se exilie ni nada,
simplemente está asesinando en otro lugar, esperando que las gallinas comiencen
a tener polluelos.
Segunda: El
gallo Claudio se mudó definitivamente donde la Carmen y el Tata, este plumífero
es astuto y en poco tiempo se ha transformado en un potencial dictador. Es de
cuidado, quizá le quite el sitial a Martin el perro más lindo del universo.