En lo que creo (J.G. Ballard)

"Creo en mis propias obsesiones, en la belleza del choque de autos, en la paz del bosque sumergido, en la excitación de un balneario desierto, en la elegancia de los cementerios de automóviles, en el misterio de los estacionamientos para coches de varios pisos, en la poesía de los hoteles abandonados"

jueves, 22 de diciembre de 2011

Algo anda mal

1.- ¿De qué sirve trabajar en el Olimpo con las mejores condiciones e infraestructura si todo lo que pasa aquí es como las pelotas? El hombrecito que les habla llega media hora cuarenta minutos antes prepara su día se organiza busca ser eficiente se va a las 18 hrs como le corresponde y su jefatura se molesta lo llama y le pregunta donde está porqué te fuiste. Me fui porque ya hice lo que tenía que hacer. La oficina discursea sobre su profundo apoyo a la vida familiar organiza charlas matrimoniales aconsejan a los padres sobre valores y estrategias de control a los infantes y sobre qué y cómo utilizar la internet cuando se es adolescente pero resulta que si el hombrecito se va para la casa a estar con sus hijas que junto a su mujer son lo único bueno del día le hinchan las bolas y se molestan con él. El discurso familiar y de clima laboral y de bonos navideños y cajas con sahne nuss y colamono y vacaciones generosas son pura mentira retórica que podrá blufear a los más comprometidos con la causa evangelizadora pero a mí no me vienen con cuentos. Los sueldos son discrecionales y secretos según apellido cercanía familiar color de pelo papa en la boca y sobre todo según participación en congregación religiosa dedicada al dinero y la transformación del pobre alma en pena son una herramienta de encarcelamiento panóptico permanente. Así se las arreglan las fundaciones sin fines de lucro. Compra un terrenito por aquí otro por allá arrienda una casita estilo Georgian pal hijito recién casado y luego los remanentes se los reparten entre los seleccionados con mayor puntaje según criterios antes mencionados. La diferencia de renta es veinte a uno. Esto es la calidad vida. La de algunos. La del hombrecito se vá en picada incomodo angustiado y molesto por lo que ve. ¿Pero qué le queda? ¿Libertad? ¿cómo la de los pajarillos? ¡las pinzas! Váyase de ahí le dicen algunos busque otra cosa algo que le guste ¿pero el trabajo así como está le puede llegar a gustar a alguien? ¿Cuál es el sentido del trabajo? ¿El que enseña la encíclica? Sépase: ”el trabajo constituye una dimensión fundamental de la existencia humana sobre la tierra. Mediante su trabajo, el hombre alcanza los medios para su subsistencia, para la formación de una familia y contribuye al bien de la comunidad que lo acoge. En el trabajo, el hombre despliega integralmente su propia humanidad. Creado a imagen de Dios, mediante su trabajo participa en la obra del Creador”. Que me parta un rayo. Yo quiero a mis dos niñas hermosas. Mi mujercita además de ser también muy linda se saca la cresta igual que yo para llegar a fin de mes con un poco menos que lo justo. Pero el banco lo huevea a uno a toda hora sin respeto al sueño reponedor y a fin de año ni carta le manda a uno. A mí no me llegan tarjetas navideñas como le llegaban a mis padres cuando vivíamos todos juntos en una larga historia en la que también se gastaron los suspiros a punta de qué.

2.- El Doctor Mortis me dice que esto va a ser algo pasajero. La calidad de vida. ¿cuál es po?. ¿La de los viernes por la noche a punta de piscolas y desenfreno? ¿la de los intentos por volver a la vida atlética? ¿la del sanguchito palta mayo? ¿la del compadre que hace yoga mientras el jefe le grita en la cara qué pa que chucha vino a trabajar si lo hace todo mal? No me entrego sigo en la pelea tomo pastillas que suben el ánimo y otras que tapan esa sensación creciente y angustiosa de qué algo anda mal.

3.- Rutina del abuelo, Ranco, orilla de lago, qué se yo… ¿90 años?.

Temprano los pajaritos cantan y picotean las migas del pan amasado del día anterior. Desayuno religioso: pan, frutas de la estación, paltas, jamones, huevos, café. Luego el baño absoluto (en el sentido de la completitud de lo que puede y debe hacerse en el baño). Habría que revisar los innumerables refranes y chistes sobre la temática, algunos de ellos los recuerda íntegros en su memoria de Funes y otros quedan guardados en pequeños textos que ocupan la estantería del tocador. También habría que visualizar las adaptaciones estructurales realizadas al espacio en torno del retrete, agregando por ejemplo una práctica mesa que se despliega desde la pared, ideal para revisar los puzles del día. Le sigue una larga ducha. Vestirse, una vuelta al aire libre y, rápidamente, al escritorio: lectura, cartas, lectura. El recorrido por su tierra se transforma cada día en un rodeo aleatorio por sus verdes pastos, alcanzar las lagunas con los distintos patos salvajes que regalones se han ido quedando, hacer un conteo mínimo de las miles de truchas que crecen para satisfacer la demanda boreal de la familia, ojear las bellas hortensias de uno y mil colores, guarecerse bajo sendos arrayanes y respirar el viento de travesía que le trae el lago directo a la cara. Aperitivo: delicias en conserva, callampas al aceite, carnes de ciervos, jabalíes y diferentes tipos de sardinas; y las infaltables copas de jerez, que en el mejor de los casos ya se encuentra helado o al que, reclamando, le agrega un cubo de hielo. El jerez lo sumerge en una dimensión soporífera que le recuerda historias pasadas, historias Hemingway. Almuerzo maravilloso, acompañado siempre de la verdura que la huerta le regale, de preferencia chalotas y habas tiernas a las que no es necesario quitarles la piel. De postre una copa de helado siendo sus favoritos, los más cremosos y los más chocolatados. O puede ser una fruta en conserva con toques del vino de la mesa. Por la tarde cumple metódicamente su rutina lectiva, más puzles y con unos minutos de siesta en su sillón de cuero que mira la Isla de los Ciervos cubierto en un chal escocés rojo. Mientras duerme sueña con su amor de toda la vida. La lectura es atropellada, tan diversa como su capacidad intelectual se lo permite, novelas históricas de colonos que recorren la Patagonia para encontrar el lugar de su vida se confunden con novelas de mapuches que secuestran amigos al cruzar la cordillera y con retazos de anécdotas que dejaron Sundance Kidd y Butch Cassidy cuando arrancaron de la agencia Pinkerton rumbo al sur argentino y luego a Chile; y con novelas negras de detectives errantes, detectives filósofos, detectives muertos –Si se le acompaña una tarde de lectura despotricará contra la educación de nuestros tiempos acusándola de superflua y estúpida por no hacer obligatoria la lectura de Chesterton y su Hombre que fue Jueves-. Puede revisar también algunos poemas de Quevedo y Góngora o su diccionario de literatura erótica. Entrada la noche, a eso de las 19 horas comienza nuevamente con la copita de jerez, los aperitivos y la comida, que en este caso siempre empieza por caldos, sopas o cremas adornadas con encantadores crutones que a pesar de las órdenes médicas nos los deja ni camino a la tumba. A las 21 horas se sienta en el borde de su cama y comienza la operación de quitarse los zapatos.

3.- ¿Cuánto tiempo le tomó al abuelo? ¿Acaso hay que esperar la tercera mitad de la vida?